La cosecha de cereales en Sajonia avanza lentamente debido a la lluvia. Sólo se ha cosechado alrededor del 60% de la cebada de invierno, y menos del 5% del trigo de invierno, declaró a la Agencia Alemana de Prensa Andreas Jahnel, jefe del departamento de cultivos herbáceos y agrícolas de la Asociación de Agricultores de Sajonia. "En general, necesitamos lluvia, pero llega en mal momento". La situación aún no es problemática, pero es necesario que se seque rápidamente para que la cosecha pueda acelerarse.
Según la información, la situación varía de una región a otra. En los campos de las montañas y las estribaciones, en particular, aún queda mucho grano en pie. Por el contrario, la cosecha en el norte de Sajonia está comparativamente muy avanzada.
Las pérdidas de calidad provocan reducciones en los precios
Si el suelo está demasiado húmedo, los agricultores no pueden utilizar sus máquinas en los campos, explica Jahnel. El grano tampoco debe estar demasiado húmedo en el momento de la cosecha. Sería fatal que los granos brotaran en el tallo. "Espero que eso no ocurra". En general, las pérdidas de calidad provocan deducciones en los ya de por sí malos precios del grano. Esto supone actualmente un "enorme dilema" para los agricultores, lamenta el experto.
Al menos con la cebada de invierno, que se utiliza principalmente como pienso, se han conseguido hasta ahora resultados bastante buenos. Con unas 84 decitonas por hectárea, el rendimiento está por encima de la media, informa Jahnel. Sin embargo, para los demás cereales sólo se esperan rendimientos medios. En Sajonia se ha cosechado hasta ahora menos del 20% de la colza. Hasta el momento, los rendimientos apenas superan las 30 decitonas por hectárea.
"La oportunidad se estrecha cada vez más"
Según cifras anteriores, los agricultores de Sajonia trabajan en esta campaña unas 700.000 hectáreas de tierra cultivable. Alrededor de 384.400 hectáreas son de cereales, incluido el maíz en grano; la colza de invierno crece en 109.000 hectáreas.
Cuando el tiempo lluvioso ralentiza aún más la cosecha de cereales y colza, los agricultores se ven cada vez más presionados. "La ventana de oportunidad se estrecha cada vez más", subraya Jahnel. Por un lado, los días se acortan, lo que deja menos tiempo para la cosecha. En segundo lugar, los trabajos posteriores en el campo, como el cultivo del suelo y la siembra de otoño, se hacen más urgentes. Porque para los agricultores, después de la cosecha es antes de la cosecha: entonces tienen que cultivar los campos para el año siguiente.
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