El Dinamo de Dresde no puede ganar en casa en la Bundesliga 2. Sin embargo, los sajones pueden celebrar el empate a 2 contra el Hannover 96 como una victoria percibida, ya que jugaron casi toda la segunda parte con pocos efectivos tras la expulsión de Vinko Sapina (54'). Benedikt Pichler había adelantado a los visitantes a los once minutos ante 31.733 espectadores. Virgil-Eugen Ghitä (35') empató con un gol en propia meta, que Nils Fröling (41') convirtió en ventaja con su primer tanto para el Dinamo. Sin embargo, Noel Aseko Nkili (43') empató antes del descanso, que fue también el resultado final.
"La tarjeta roja dio la vuelta completamente al partido. Estaba totalmente justificada. Luego defendimos muy bien. Conseguimos un punto contra un equipo muy bueno", declaró el entrenador del Dynamo, Thomas Stamm.
El Dynamo no pudo contar con Jonas Oehmichen, Jan-Hendrik Marx y Kofi Amoako por enfermedad. Después de todo, recientemente se había erigido en uno de los mejores jugadores del Dinamo como central. Stamm ordenó a Luca Herrmann que ocupara su lugar en la posición de central junto a Sapina.
Debido al tempranero gol encajado tras una decisión del VAR, el Dynamo se vio obligado a jugar de otra manera. Eso fue difícil durante mucho tiempo, porque los visitantes cerraron hábilmente los espacios y dominaron cada vez más el juego ellos mismos con muchos ataques bien organizados. Esto hizo que el gol del empate fuera aún más sorprendente. Ghitä se despistó completamente tras un centro de Sapina desde medio campo y cabeceó hacia su propia portería. Los anfitriones aprovecharon el desconcierto de los 96ers para adelantarse en el marcador. Fröling desempolvó el balón en el área de cinco metros para marcar su primer gol con el Dynamo.
Tarjeta roja justificada
Sin embargo, como en el pasado, los sajones no consiguieron irse al vestuario con una sensación de logro. Los visitantes jugaron un contragolpe impecable y aprovecharon su superioridad numérica y su velocidad para marcar un empate no inmerecido. "Sólo tenemos que ser más listos, golpear el balón y no intentar jugar bonito", dijo Faber, defensa del Dynamo.
La expulsión de Sapina -salió hacia atrás y golpeó en la cabeza a Enzo Leopold- lo cambió todo una vez más. "Sólo vi en la repetición de televisión que realmente era la suela abierta. En ese sentido, la roja estaba justificada", dijo Sapina. A partir de entonces, el Hannover impuso su ley, encerró al Dresde en su área y creó varias ocasiones. Para los locales, el partido se convirtió en una batalla de desgaste en pleno verano. Stamm reforzó la defensa con varios cambios. Con sus esfuerzos combinados, el Dinamo logró evitar el gol inminente. E hizo uno o dos pinchazos, pero éstos no condujeron a la victoria.
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