A pesar de muchas crisis y mercados inciertos, el encaje de Plauen ha mantenido su lugar como producto nicho de alto precio en el mundo de los textiles para el hogar y la moda. "En comparación con otras malas noticias en el sector textil, nuestra industria sigue siendo bastante estable", afirma Andreas Reinhardt, presidente de la asociación industrial Plauener Spitze und Stickereien.
Los seis fabricantes de la región de Vogtland que pueden utilizar la marca protegida han encontrado sus "propias especializaciones" en los últimos años y han sobrevivido gracias a ello, según Reinhardt en el Foro del Encaje de Plauen. Durante cuatro días, fabricantes, instituciones y creativos de la industria textil de la región presentarán sus productos.
Crisis cambiantes
Sin embargo, el "Plauener Spitze" -que en su día fue el producto más vendido y tradicional de la ciudad- lleva décadas luchando contra crisis cambiantes. "Centrarse en los grandes clientes y en la producción en masa ya no funciona debido a la competencia barata de Asia. Pero la división en muchos clientes pequeños y muy diferentes tiene un efecto estabilizador", explica Reinhardt. Los fabricantes anuncian el "encaje de Plauen" como un "producto de nicho de alto precio, artesanal y con tradición".
La utilidad de dividir los pequeños pedidos entre muchos clientes internacionales es evidente en la actualidad. Las exportaciones a Estados Unidos son motivo de preocupación. "Las ventas aquí se han desplomado por completo debido a los elevados aranceles". Es lamentable, porque el mercado estadounidense ha demostrado hasta ahora ser especialmente resistente a la crisis. Japón y Corea del Sur, en cambio, evolucionaron de forma ligeramente positiva. Rusia y China "ya no desempeñan ningún papel desde hace algún tiempo".
También se demandan como adornos navideños
A pesar de ello, la pérdida de EE.UU. "no supone una amenaza inmediata para nuestra existencia", afirma Reinhardt. "Los mercados extranjeros siempre fluctúan". Debido a la especialización de las empresas fabricantes, el encaje ya no sólo se vende como cortinas o mantelería, sino que también se utiliza como decoración de ventanas, accesorios de moda, adornos para árboles de Navidad o en el sector técnico como procesamiento de fibra plástica. "Los artículos se producen a menudo en cantidades más pequeñas o a medida. Todo se discute de forma más digital y directa con el cliente", dice Reinhardt. Además de las seis empresas de la marca, hay otras empresas de bordados en el barrio que no utilizan el nombre protegido "Plauener Spitze".
La marca celebró el éxito internacional tras su presentación en la Exposición Universal de París de 1900 y vivió un apogeo en torno a 1910. A partir de 1990, la industria, que llegó a emplear a miles de personas, experimentó un declive.
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