Nadie es demasiado pequeño para las grandes ideas. La ciudad de Dresde quiere revolucionar el apoyo lingüístico en la primera infancia y puede presumir de los éxitos iniciales de su proyecto "Sprachräume bilden" ("Construir espacios lingüísticos"). Niñas y niños reciben 45 minutos de apoyo específico tres veces por semana en pequeños grupos de seis a ocho niños -de forma lúdica y en un entorno familiar- un año y medio antes de empezar la escuela. "De repente, el relativo silencio en la mesa del almuerzo se convierte en una charla incesante de niños que nunca antes habían dicho nada", comenta una profesora al describir su experiencia.
En la actualidad participan nueve centros de tres distritos de Dresde, donde vive un número especialmente elevado de familias con raíces extranjeras: Prohlis, Gorbitz y Johannstadt. En algunas guarderías, hasta el 80% de los niños proceden de otros países. No es raro que haya una confusión de lenguas casi babilónica. "Los niños hablan entonces entre ellos en su lengua materna y se forman grupos", explica el problema Sabine Bibas, directora de la Oficina de Guarderías. Luego, a menudo les falta motivación para aprender alemán.
El alcalde de Educación, Donhauser, ve cada euro bien invertido
Con vistas a la vida escolar posterior, se trata de un problema fatal. Los expertos coinciden en que cuanto antes aprendan los niños la lengua alemana, mejor podrán cumplir los requisitos en la escuela más adelante. Por ello, el refrán "Lo que un niño no aprende, no lo aprende nunca" podría ser también el lema de la "creación de espacios lingüísticos". "Cada euro invertido aquí es un euro muy bien gastado", afirmó el Alcalde de Educación, Jan Donhauser. Dresde se inspiró en un proyecto de Baviera y lo desarrolló. Ahora podría convertirse en un éxito de exportación.
El vocabulario aumenta mucho más rápido
La experiencia desde que comenzaron a funcionar las aulas de idiomas hace dos años ha demostrado que los chicos y chicas pierden el miedo a hablar. Su vocabulario aumenta mucho más rápido y desarrollan una gran confianza en sí mismos, según uno de los resultados. Los niños que participaron en el proyecto se acostumbraron más rápidamente a la escuela y se sienten visiblemente más cómodos en ella, según otro. Las aulas de idiomas no son sólo para niños de familias inmigrantes. Muchos niños y niñas nativos también necesitan ponerse al día en sus conocimientos lingüísticos.
Los déficits lingüísticos de los niños van en aumento
Desde hace años, está claro que los problemas y déficits de los niños aumentan en todo el país, sobre todo en lo que se refiere al lenguaje, informa Sabine Grohmann, responsable de la gestión estratégica de las guarderías de Dresde. "La cuestión es: ¿Nos limitamos a tomar nota de esto o pensamos en reconducirlo y darle forma?". Los impulsos del funcionamiento cotidiano de las guarderías no serían suficientes para algunos niños. En un entorno de grupos pequeños, podrían aprender el idioma mucho mejor bajo la guía de profesionales de la educación.
Según Bibas, se trata de aprovechar una ventana de oportunidad. "La infancia no es larga". Si los niños llegan a la escuela primaria con poco o ningún conocimiento de la lengua, el fracaso es ya inevitable. Por eso es importante aprovechar el periodo previo a la escolarización.
Bibas y Grohmann esperan ahora que la ciudad de Dresde siga financiando adecuadamente el proyecto en los próximos años. Las aulas de idiomas forman parte de un programa de acción titulado "Crecer con responsabilidad social", que lleva en marcha desde 2008 y para el que Dresde destina diez millones de euros al año. Las guarderías de las zonas socialmente desfavorecidas de la ciudad reciben más recursos para atender mejor a los más pequeños. Dresde también ha sentado ya un precedente con su programa de acción.
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