Según el ministro federal del Interior, Alexander Dobrindt, los 81 afganos deportados de Leipzig son "delincuentes graves y muy graves". El político de la CSU se expresó así en el programa "Morgenmagazin" de ARD. Hay "un interés muy legítimo de los ciudadanos en tales deportaciones". Según él, la repatriación se organizó con la ayuda del emirato qatarí del Golfo y a través de "contactos técnicos" con Afganistán. El vuelo se dirige, por tanto, directamente a Afganistán.
Dobrindt subrayó que cree necesarias las conversaciones con los talibanes: "Si también se piensa en el hecho de que queremos seguir permitiendo deportaciones a Afganistán en el futuro, entonces también hay que tener estos contactos, hay que tener estas conversaciones. Eso está por debajo de las relaciones diplomáticas, pero habrá que mantener estas conversaciones", dijo.
Alemania no mantiene relaciones diplomáticas con los talibanes islamistas de Kabul. El grupo está aislado internacionalmente, sobre todo por su desprecio de los derechos humanos y de las mujeres en particular. El régimen no es reconocido como un gobierno legítimo, según declaró recientemente el ministro de Asuntos Exteriores, Johann Wadephul (CDU).
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